Nuestra conexión va más allá del ámbito profesional; nos unen recorridos compartidos que han fortalecido nuestra amistad y nuestra visión psicoanalítica. 

En Punto de Fuga, nos identificamos con la escuela bleichmariana, abrazando con orgullo nuestra identidad de lesbianas y nuestro compromiso con la realidad latinoamericana. Nuestro enfoque se caracteriza por una mezcla única: rigurosidad teórica, preocupación y activismo social, y la intimidad de una amistad cercana. Creemos en la interseccionalidad como herramienta fundamental en el análisis psicoanalítico.

Queremos continuar con el legado de Bleichmar sobre hacer trabajar el psicoanálisis, alejándonos de los dogmatismos. En este sentido, nuestro punto de fuga apunta a mantener viva lo que Bleichmar denomina como la difícil tarea de ser joven, entendida como la posibilidad de conservar el espacio psíquico en el cual el tiempo deviene proyecto, y los sueños se tornan trasfondo necesario del mismo. Aunque el contexto actual nos empuje hacia el individualismo, la inmediatez y la simplificación, procuramos no despojarnos de nuestra capacidad pensante. Es esta facultad la que nos permite cuestionarnos y construir un proyecto vital, impregnado por el placer de resistir desde lo afectivo.

«Punto de Fuga» refleja nuestra visión: Encontrar un punto de fuga puede ser el único modo de escapar de una realidad agobiante, marcada por la desesperanza y la desidentificación que limita al sujeto a lo autoconservativo. Este nuevo movimiento permite la transformación del malestar, ofreciendo la posibilidad de pensar en proyectos trascendentes.

Les damos la bienvenida a un espacio donde se entrelazan la teorética, la amistad y el compromiso social, formando así un punto de encuentro donde lo que nos une es la interpelación desde una perspectiva de psicoanálisis latinoamericano. En este sentido, nos dedicamos a trabajar desde una teoría y una praxis concebidas para aliviar el sufrimiento psíquico, y creemos que «empatizar con el sufrimiento del otro es sentirlo como una responsabilidad propia» (Bleichmar, 2011). Esta convicción nos impulsa a ejercer de manera activa y necesaria el pensamiento, la producción y el intercambio. 

Punto de Fuga es una plataforma que invita a la reflexión crítica y al diálogo enriquecedor.